Referencias coránicas y profecías de los libros celestiales sobre el Imam Husayn (a.s.) y el evento de Karbala

La historia de las religiones monoteístas está repleta de revelaciones y profecías que los santos divinos han ofrecido sobre eventos futuros, especialmente el evento de Karbala y la noble figura del Imam Husayn (a.s.). Este artículo, al combinar y reescribir tres textos proporcionados, examina las señales de este evento en las revelaciones de Juan (Nuevo Testamento), los versículos del Corán en las suras Al-Fajr y As-Saffat, el libro del profeta Jeremías y el libro oculto judío Nebu’it Hild. Todos los versículos y pasajes principales se presentan de manera coherente y con detalles completos, manteniendo la fidelidad sin alterar el texto de los versículos coránicos. Este texto se centra exclusivamente en el análisis histórico y religioso de estas profecías y no promueve ninguna forma de violencia ni odio.

Revelaciones de Juan en el Nuevo Testamento
Las revelaciones de Juan, la última parte del Nuevo Testamento, desvelan eventos futuros. Dios permitió al profeta Jesús (a.s.) mostrar estos eventos en una visión a Juan, uno de sus compañeros, y un ángel explicó sus significados. Juan escribió lo que vio y oyó.

Capítulo 5: El Cordero Sacrificial y el Pergamino
En el capítulo 5, Juan observa a 24 líderes espirituales, uno de los cuales le entrega un pergamino para que sea abierto. Él espera que el “León de la tribu de Judá”, descendiente de David, abra el pergamino, pero en lugar del león, aparece un cordero (símbolo de sacrificio):
Lloraba intensamente por la desesperación, porque no se encontró a nadie digno de abrir y leer el pergamino (Capítulo 5, Parte 4).
Pero uno de los 24 líderes me dijo: No llores, mira, el León de la tribu de Judá, que es de la descendencia de David, ha triunfado, él es digno de abrir el pergamino y sus siete sellos (Capítulo 5, Parte 5).
Miré, pero en lugar de un león, vi un cordero que estaba de pie frente al trono entre los seres vivos y los 24 líderes, y en su cuerpo se veían heridas que alguna vez causaron su muerte. Tenía siete cuernos y siete ojos, que son los siete espíritus de Dios enviados a todos los rincones del mundo (Capítulo 5, Parte 6).
Entonces el cordero se acercó y tomó el pergamino de la mano derecha de Aquel que estaba sentado en el trono (Capítulo 5, Partes 7 y 8).
Cuando tomó el pergamino, los 24 líderes se postraron ante él. Cada uno tenía un arpa y un cuenco dorado lleno de incienso, que son las oraciones de los creyentes. Cantaban un cántico nuevo para él, diciendo: Eres digno de tomar el pergamino, abrir sus sellos y leerlo, porque sacrificaste tu vida y compraste para Dios a personas de toda raza, lengua, pueblo y nación, y las hiciste sacerdotes y reyes para nuestro Dios, y reinarán en la tierra. Luego vi a millones de ángeles reunidos alrededor del cordero y los seres espirituales, cantando con voz fuerte: El Cordero de Dios, que sacrificó su vida por la salvación de las personas, es digno de recibir poder, riqueza, sabiduría, fuerza, honor, gloria y bendición.
Entonces oí la voz de todas las criaturas del cielo, la tierra, debajo de la tierra y el mar, cantando y diciendo: Alabanza, honor, gloria y poder para siempre al Cordero y a Aquel que está sentado en el trono. Y los cuatro seres vivos dijeron: Amén, y los 24 líderes se postraron y lo adoraron (Fin del Capítulo 5).
En los textos sagrados, el cordero es un símbolo de sacrificio y se refiere al Imam Husayn (a.s.), mencionado en la sura As-Saffat como el gran sacrificio. Juan esperaba al “León de la tribu de Judá” (descendiente del profeta Isaac), pero la aparición del cordero (descendiente del profeta Ismael) indica la elevada posición del Imam Husayn (a.s.). La mención del reinado en la tierra coincide con las tradiciones chiitas sobre el regreso del Imam Husayn (a.s.) tras la aparición del Salvador y su reinado de mil años. Además, la referencia al león en este capítulo y en los siguientes (caballos con cabezas de león) podría aludir al papel del consejero judío de Yazid en el evento de Karbala.

Capítulo 6: El Caballo Blanco y el Rojo
En el capítulo 6, Juan habla de la apertura de los sellos del pergamino por el cordero:
Seguí mirando, el cordero abrió el primer sello. De repente, uno de los cuatro seres con una voz como trueno dijo: Ven. Miré y vi un caballo blanco. El jinete llevaba un arco en la mano y una corona en la cabeza. Condujo el caballo hacia adelante para triunfar en muchas batallas y ser el vencedor de la guerra.
Luego el cordero abrió el segundo sello. Entonces oí al segundo ser vivo decir: Ven. Esta vez apareció un caballo rojo. Al jinete se le dio una espada para que pudiera quitar la paz y la tranquilidad de la tierra y, en su lugar, crear caos. Como resultado, la guerra y el derramamiento de sangre comenzaron en todas partes.
Estos capítulos se refieren al caballo leal del Imam Husayn (a.s.), Zuljanah, que inicialmente era blanco y, en el campo de batalla de Karbala, se volvió rojo por las heridas. Algunas corrientes cristianas atribuyen estos capítulos al profeta Jesús (a.s.), pero el animal que montó Jesús (a.s.) fue un burro al entrar en Jerusalén, y el animal del profeta Mahoma (s.) fue un camello, no un caballo. Esta diferencia confirma que estos capítulos están relacionados con el evento de Karbala y Zuljanah.

Capítulo 9: La Sexta Trompeta y el Río Éufrates
En el capítulo 9, Juan menciona el río Éufrates:
Cuando el sexto ángel tocó la trompeta, oí una voz desde las cuatro esquinas del altar dorado de sacrificios que estaba en la presencia de Dios, diciendo al sexto ángel: Libera a los cuatro ángeles satánicos que estaban atados en el gran río Éufrates. Entonces, esos cuatro ángeles, que habían sido preparados para ese día y hora, fueron liberados para matar a un tercio de la humanidad. Oí que tenían doscientos millones de guerreros a caballo. Vi en mi visión a sus caballos y jinetes. Los jinetes llevaban armaduras de guerra, algunas de color rojo ardiente, otras azul celeste y las demás amarillas. Las cabezas de los caballos se parecían a las de leones, y de sus bocas salían humo, fuego y azufre, que destruían a un tercio de la humanidad.
El río Éufrates es el lugar del martirio del Imam Husayn (a.s.), no Jerusalén, que según la creencia cristiana (no aceptada por los musulmanes) fue el lugar de la crucifixión de Jesús (a.s.). Los musulmanes creen que Judas Iscariote fue crucificado en lugar de Jesús (a.s.) y que Jesús (a.s.) está vivo. Este capítulo apunta claramente a Karbala y al martirio del Imam Husayn (a.s.).

Capítulo 11: Los Cuerpos de los Mártires en la Gran Ciudad
En el capítulo 11, Juan se refiere a la exhibición de los cuerpos de los mártires en una gran ciudad:
Cuando esos dos completen su período de testimonio de tres años y medio, la bestia extraña que emerge del abismo sin fondo declarará la guerra contra ellos y los matará. Sus cuerpos serán exhibidos durante tres días y medio en las calles de la gran ciudad. Esta ciudad, en términos de injusticia y corrupción, es similar a Sodoma y Egipto, y es el lugar donde su Señor también fue crucificado. Durante este tiempo, nadie tendrá permitido enterrarlos, y personas de diferentes pueblos los observarán.
Este capítulo alude a la exhibición de los cuerpos sagrados de los mártires de Karbala en Damasco, no a una sola persona (como Jesús). La comparación de Damasco con Sodoma y Egipto debido a la injusticia y corrupción en la época de Yazid coincide con los versículos de la sura Al-Fajr sobre el pueblo de Ad y la ciudad de Iram.

Capítulo 12: La Mujer Vestida de Sol
En el capítulo 12, Juan menciona a una mujer que lleva el sol como vestimenta y una corona con doce estrellas en la cabeza. Esta mujer alude a Fátima Zahra (s.), cuyo análisis detallado se presentará en un escrito separado.

El Gran Grupo de los Salvados
Juan también habla de un gran grupo de personas:
Después de esto, vi a un gran grupo de todas las naciones, tribus, razas y lenguas de pie ante el trono y frente al cordero. Su número era tan grande que no se podía contar. Llevaban túnicas blancas y sostenían ramas de palma en las manos. Todos decían: Nuestra salvación viene de nuestro Dios que está sentado en el trono, y del cordero. En ese momento, todos los ángeles se reunieron alrededor del trono, los líderes y los cuatro seres vivos, y luego se postraron ante el trono, adoraron a Dios y dijeron: ¡Amén! Alabanza, gloria, sabiduría, gratitud, honor, poder y fuerza sean para nuestro Dios por siempre, amén.
Entonces uno de los 24 líderes se volvió hacia mí y preguntó: ¿Sabes quiénes son estos vestidos de blanco y de dónde vienen? Respondí: ¡Mi señor, tú lo sabes! Me dijo: Estos son los que han salido de la gran tribulación. Han lavado sus túnicas con la sangre del cordero y las han blanqueado. Por eso, ahora están en la presencia del trono de Dios y lo sirven día y noche en su santuario. Aquel que está sentado en el trono los protegerá en su presencia. Ya no sufrirán hambre, sed ni el calor abrasador del mediodía, porque el cordero que está frente al trono los alimentará, será su pastor y los guiará a la fuente de agua viva, y Dios enjugará toda lágrima de sus ojos.
Estos capítulos aluden a la intercesión del Imam Husayn (a.s.) por las personas en la tierra, que tiene un lugar especial en la creencia chiita.

Referencias de la Sura Al-Fajr a las Diez Noches y su Correspondencia con las Revelaciones de Juan
En la sura Al-Fajr, Dios jura por las diez noches:
Bismillahir Rahmanir Rahim
Wal-Fajr (1) Walayalin ‘ashr (2) Wash-shaf‘i wal-watr (3) Wallayli idha yasr (4)
(Traducción fuente: https://surahquran.com/surah-al-fajr-spanish.html)
Juro por el alba, por las diez noches, por lo par y lo impar, y por la noche cuando transcurre.
Estas diez noches aluden a las primeras diez noches del mes de Muharram, cuando el Imam Husayn (a.s.) se dirigió hacia Karbala y, en el día de Ashura, su sangre pura fue derramada en la tierra. Desde una perspectiva filosófica, ¿qué noches son más sagradas que estas, en las que la criatura más pura de Dios, el Imam Husayn (a.s.), fue sacrificada? Estas noches están profundamente conectadas con el evento de Karbala, un punto de inflexión en la historia divina. El caravana del Imam Husayn (a.s.) se trasladó de Medina a La Meca y luego a Karbala, alcanzando su clímax en estas diez noches, y su martirio y el de sus fieles compañeros ocurrió en el décimo día de Muharram, Ashura. Estas noches son un símbolo de la lucha del bien contra el mal y del sacrificio por preservar la religión y los valores divinos.
En la continuación de la sura Al-Fajr, Dios menciona el castigo de los pueblos opresores:
Alam tara kayfa fa‘ala rabbuk bi-‘adin (6) Iram dhatil-‘imad (7) Allati lam yukhlaq mithluha fil-bilad (8) Wa thamuda alladhina jabu as-sakhra bil-wad (9) Wa fir‘awna dhil-awtad (10)
(Traducción fuente: https://surahquran.com/surah-al-fajr-spanish.html)
¿No has visto cómo actuó tu Señor con el pueblo de Ad? Y con la ciudad de Iram, de columnas majestuosas, que no tuvo igual en los países, y con Thamud, que tallaban rocas en el valle, y con Faraón, el poderoso y opresor.
Estos versículos aluden al castigo de pueblos opresores como Ad, Thamud y Faraón. Hay una notable similitud entre estos versículos y el capítulo 11 de las revelaciones de Juan, donde Damasco en la época de Yazid es comparado con Sodoma y Egipto debido a la injusticia y la corrupción. En las revelaciones de Juan, los cuerpos de los mártires de Karbala fueron exhibidos durante tres días y medio en las calles de la gran ciudad (Damasco), y no se permitió su entierro. Esta opresión coincide con el castigo del pueblo de Ad y la ciudad de Iram en la sura Al-Fajr, ya que ambos se refieren a ciudades castigadas por Dios debido a su corrupción y opresión. Esta correspondencia no casual muestra una profunda conexión entre estos dos textos celestiales y subraya la importancia del evento de Karbala como un ejemplo de la lucha contra la opresión.
El versículo tercero de la sura Al-Fajr (“shaf‘ y watr”) corresponde con el período de tres años y tres meses del reinado de Yazid después de Karbala. Se dice que Yazid enfermó y murió tras la muerte de su concubina favorita, Hababa, lo que podría estar relacionado con la mención de “shaf‘” (par) en este versículo. El número del versículo (tercero) también coincide con este período. Además, otros criminales de Karbala, como Shimr, Ubaydullah ibn Ziyad y Khuri, fueron castigados por Mukhtar Thaqafi aproximadamente cinco o seis años después del evento, lo que corresponde con el versículo sexto y el castigo del pueblo de Ad. Estas correspondencias numéricas y conceptuales refuerzan la conexión de los versículos de la sura Al-Fajr con el evento de Karbala y muestran que estos versículos se refieren específicamente a este gran evento divino.

Libro del Profeta Jeremías
El profeta Jeremías (a.s.), profeta de los judíos en la época de Nabucodonosor, rey de Babilonia, presenció la destrucción del país que quedó del profeta Salomón (a.s.) y el exilio de los judíos a Babilonia. Dios, para probar la vida después de la muerte, mató a su burro durante cien años y luego lo resucitó. En el libro de Jeremías (página 50, capítulo 47, parte 10), se predice un evento más de mil años después:
Hoy es el día de la venganza de Dios (el día de la aparición del último Salvador). Dios ha decidido tomar venganza de sus enemigos. Y la espada de Dios comenzará la venganza; y la espada de Dios se saciará con su sangre porque Dios ha ofrecido un sacrificio; en la orilla norte del río Éufrates.
Este capítulo se refiere explícitamente al lugar del martirio del Imam Husayn (a.s.) junto al río Éufrates. Dios tomó venganza de la sangre del Imam Husayn (a.s.) una vez a través de Mukhtar Thaqafi, y la venganza final se cumplirá en la época de la aparición del Salvador. Esta profecía, con una clara mención al río Éufrates, tiene una conexión directa con el evento de Karbala y destaca la posición del Imam Husayn (a.s.) como el sacrificio divino.

Libro Oculto Judío Nebu’it Hild
Setenta años antes del nacimiento del profeta Mahoma (s.), nació un niño judío erudito llamado Lahman Hafuta, quien inmediatamente después de nacer se postró y habló. Sus palabras eran ambiguas y sorprendieron a los eruditos judíos. Su padre, temiendo el impacto de sus palabras en la gente, le ordenó guardar silencio. Doce años después, el niño volvió a hablar y dio noticias del profeta del fin de los tiempos y su descendencia. Sus palabras eran tan enigmáticas que incluso desconcertaron a los eruditos judíos. Estas palabras fueron recopiladas más tarde, pero permanecieron ocultas durante siglos. En 1726, un erudito judío que se convirtió al islam publicó un libro en Estambul titulado “Exilio y Mitzvah”, que incluía estas profecías. En este libro se menciona al profeta Mahoma (s.), la destrucción de ídolos y su ascensión (Mi’raj). También habló del “hijo de la esclava” (Hagar, esposa del profeta Abraham), cuya descendencia transformaría el mundo.
Las partes más sorprendentes de este libro están relacionadas con el evento de Karbala:
Versículo 16:
Seis personas anhelantes caerán en dificultades, dificultad tras dificultad, y los adheridos caerán en aflicción.
Este versículo probablemente alude a los hijos y compañeros del Imam Husayn (a.s.), como Ali Akbar, Muhammad, Uthman, Aun, Ali Asghar, Abdullah o el santo Abbas, Qasim y los dos hijos de Muslim, que enfrentaron grandes dificultades y calamidades en Karbala.
Versículo 17:
Caerán en dificultades y tormentos, serán cortados y aplastados.
Este versículo se refiere a la fragmentación del cuerpo sagrado del Imam Husayn (a.s.) por los caballos del ejército de Yazid, un símbolo de la extrema crueldad e inhumanidad de los enemigos.
Versículo 18:
La cabeza será cortada por detrás con un puñal – ambas manos serán cortadas – ocurrirá junto al río Éufrates – aparecerán cambios en el cielo y la tierra.
Este versículo alude a la decapitación de la cabeza sagrada del Imam Husayn (a.s.) por detrás por Shimr ibn Ziljawshan. Algunos historiadores relatan que Shimr cortó la cabeza por detrás debido a los besos del profeta Mahoma (s.) en el cuello del Imam. Otra narración dice que Shimr y otros no pudieron cortar la cabeza por delante debido al temor de la mirada de los ojos del Imam o por un evento similar al sacrificio de Ismael, y lo hicieron por detrás. La palabra “qafa” (nuca) en esta profecía coincide con estas narraciones históricas. “Ambas manos serán cortadas” se refiere a la amputación de las manos de Abul Fazl Abbas (a.s.) mientras traía agua para las tiendas. “Río Éufrates” es el lugar de Karbala, y “cambios en el cielo y la tierra” alude a narraciones como la aparición de dos soles, el viento rojo y la oscuridad tras Ashura. También se relata que Satanás gritó de angustia en la tarde de Ashura, diciendo que esto no debería haber sucedido, porque el martirio del Imam Husayn (a.s.) separó la verdad de la falsedad hasta el Día del Juicio.
Versículo 19:
Las tiendas coloridas, que son el lugar de los descendientes, serán quemadas, y los parientes famosos, criados con delicadeza, serán revelados, y se difundirá que fueron asesinados con sed.
Este capítulo alude a la quema de las tiendas de la familia del Profeta por el ejército de Umar Sa’d y al martirio sediento de los compañeros y la familia del Imam Husayn (a.s.). Este evento refleja el colmo de la opresión de la familia del Profeta y la crueldad de los enemigos.
El libro continúa con otros versículos relacionados que pueden estudiarse con referencia a él.

Referencia al Gran Sacrificio en la Sura As-Saffat
La sura As-Saffat (sura 37 del Corán) menciona la historia del profeta Abraham (a.s.) y el sacrificio de su hijo, el profeta Ismael (a.s.). Esta historia se describe en los versículos 99 al 113 de esta sura:
Wa qala inni dhahibun ila rabbi sayahdini (99) Rabbi hab li minas-salihin (100) Fabashsharnahu bighulamin halimin (101) Falamma balagha ma‘ahu as-sa‘ya qala ya bunayya inni ara fil-manami anni adhbahuk fanzur madha tara qala ya abati if‘al ma tu’maru satajiduni insha’a Allahu minas-sabirin (102) Falamma aslama wa tallahu lil-jabini (103) Wa nadaynahu an ya Ibrahim (104) Qad saddaqtar-ru’ya inna kadhalika najzil-muhsinin (105) Inna hadha lahu al-balaul-mubin (106) Wa fadaynahu bidhibhin ‘azimin (107)
(Traducción fuente: https://surahquran.com/surah-as-saffat-spanish.html)
Y [Abraham] dijo: Me dirijo hacia mi Señor, Él me guiará. (99) ¡Oh, mi Señor! Concédeme un hijo de los justos. (100) Entonces le dimos la buena nueva de un hijo paciente. (101) Cuando alcanzó la edad de esforzarse junto a él, dijo: ¡Oh, hijo mío! He visto en un sueño que te sacrifico, ¿qué opinas? Dijo: ¡Oh, padre mío! Haz lo que se te ha ordenado, me encontrarás, si Dios quiere, entre los pacientes. (102) Cuando ambos se sometieron y lo puso con la frente en tierra, (103) lo llamamos: ¡Oh, Abraham! (104) Has cumplido el sueño, así recompensamos a los que hacen el bien. (105) Esta fue una prueba clara. (106) Y lo redimimos con un gran sacrificio. (107)
Estos versículos aluden a la historia del profeta Abraham (a.s.) y su disposición a sacrificar al profeta Ismael (a.s.) por orden divina. Finalmente, Dios redimió a Ismael (a.s.) con un “gran sacrificio”. Muchos exégetas chiitas creen que este “gran sacrificio” se refiere al Imam Husayn (a.s.), descendiente del profeta Ismael (a.s.). El martirio del Imam Husayn (a.s.) en Karbala, como el gran sacrificio divino, completa esta historia. Este gran sacrificio no solo apunta al sacrificio del Imam Husayn (a.s.) por Dios, sino que también indica su posición como criterio de verdad y falsedad y salvador de la humanidad a través de su intercesión. El cordero en las revelaciones de Juan también se refiere a este gran sacrificio, que es de la descendencia del profeta Ismael (a.s.), no de Isaac (a.s.). Esta conexión entre la sura As-Saffat y las revelaciones de Juan confirma la elevada posición del Imam Husayn (a.s.) como el sacrificio divino en los textos sagrados.
La historia del sacrificio de Ismael también se asemeja al evento de Karbala, ya que en ambos casos se observa una sumisión absoluta a la orden divina y una disposición al sacrificio. Así como el profeta Ismael (a.s.) se sometió completamente a la orden de Dios con plena satisfacción, el Imam Husayn (a.s.) también, con pleno conocimiento de su destino, se dirigió a Karbala para preservar la religión y luchar contra la opresión, sacrificando su vida y la de su familia.

Conclusión
Los versículos de las suras Al-Fajr y As-Saffat, junto con las profecías de las revelaciones de Juan, el libro del profeta Jeremías y el libro oculto judío Nebu’it Hild, todos aluden al evento de Karbala y a la elevada posición del Imam Husayn (a.s.). La correspondencia de las diez noches de la sura Al-Fajr con Muharram, la similitud de Damasco con Sodoma, Egipto e Iram en el Corán y las revelaciones de Juan, la mención del río Éufrates en varios textos, y la descripción del gran sacrificio en la sura As-Saffat y las revelaciones de Juan, muestran una profunda conexión de estos textos celestiales con este evento monumental. Este análisis histórico y religioso subraya la importancia de Karbala como un punto de inflexión en la historia divina y destaca la posición del Imam Husayn (a.s.) como el gran sacrificio y el criterio de verdad y falsedad.


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